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El impacto del apagón de cables submarinos

  • Foto del escritor: María Belén Gómez
    María Belén Gómez
  • hace 3 días
  • 2 Min. de lectura

Imagina estar trabajando desde casa y de repente tu conexión a internet desaparece durante horas. Esto no es un error del proveedor, sino el efecto de un apagón de cables submarinos que conecta el Caribe con el resto del mundo. Para Centroamérica y el Caribe, estas interrupciones son más que un inconveniente: afectan negocios, bancos y servicios críticos.


¿Por qué ocurren los apagones de cables submarinos?


Las causas son diversas: tormentas, huracanes, accidentes de barcos o fallas técnicas. En 2025, la región ha visto varios incidentes que dejaron a miles de usuarios sin conectividad por varias horas.


Cada cable submarino es una arteria vital. Cuando falla, la información debe desviarse por rutas alternativas, muchas veces más lentas o congestionadas. Por eso, las empresas que dependen de internet rápido sienten el impacto inmediatamente.


Los operadores de telecomunicaciones han invertido en redes redundantes, pero la resiliencia total todavía es un desafío. En zonas remotas, la falta de rutas secundarias hace que cualquier corte se note más.


Consecuencias para empresas y usuarios

cables desconectados

Para las empresas, incluso un corte de corta duración puede significar pérdidas económicas. Pagos en línea, transacciones bancarias y servicios en la nube se ven afectados.


Los usuarios domésticos también sufren: videollamadas interrumpidas, streaming detenido y frustración general. Esto hace evidente que la conectividad es un recurso crítico, no un lujo.


Soluciones y estrategias de resiliencia


La diversificación de rutas es clave. Algunos países están invirtiendo en múltiples cables que conectan distintas regiones del Caribe y Sudamérica. Esto permite que si un cable falla, la información tenga caminos alternativos para llegar a su destino.


La fibra óptica sigue siendo la columna vertebral, pero tecnologías satelitales como Starlink complementan la red, especialmente en áreas afectadas por desastres naturales.


Las empresas también implementan planes de contingencia digital, que incluyen servidores locales, backup de datos y sistemas que priorizan tráfico crítico durante cortes.


Por último, la colaboración regional entre operadores y gobiernos se ha vuelto imprescindible para minimizar el impacto de estos apagones.


Mirando hacia el futuro


Con el cambio climático aumentando la frecuencia de huracanes, la resiliencia de las redes se convierte en una prioridad estratégica.


La combinación de fibra, satélite, redes 5G y sistemas de monitoreo inteligente promete reducir la vulnerabilidad ante apagones.


Para usuarios y empresas, adaptarse a este panorama es fundamental: la conectividad confiable ya no es opcional, sino esencial para operar en un mundo digitalizado.

 
 
 

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